El 15 de febrero de 1934, Falange Española (FE) se fusionó con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), fundadas por Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, entre otros. El nuevo partido se denominó Falange Española de las JONS (FE de las JONS).
Muy pronto empezaron los actos de violencia por parte de militantes de izquierda contra los militantes y simpatizantes de Falange. El 2 de noviembre de 1933 es apuñalado y muerto en Daimiel un joven funcionario afiliado a las JONS. El propio fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera, fue tiroteado en la Calle de la Princesa el día 10 de abril de 1934, saliendo ileso por muy poco. Será a partir de junio de 1934, como respuesta al asesinato de Juan Cuellar, militante falangista, a manos de miembros de los batallones “Chiviris” de las milicias socialistas, cuando los falangistas empiezan a contestar a estas agresiones de forma violenta y esa misma noche tirotean a los que habían participado en la muerte de su camarada.
Desde febrero de 1934 se habían organizaron las milicias para los enfrentamientos callejeros, debido a las constantes agresiones que sufrían sus afiliados cuando repartían el periódico del partido. Para la organización de las milicias se eligió un sistema triangular, inspirado a partes iguales en la estructura del Tercio y en la de los “fasci di combattimento” italianos: dos escuadristas con un jefe formaban un elemento, tres elementos con un jefe y un subjefe formaban una escuadra, tres escuadras (33 hombres) formaban una falange, tres falanges una centuria, tres centurias un tercio, tres tercios una bandera y tres banderas una legión. Hasta el inicio de la guerra civil solo se habían formado centurias, ni tercios, ni banderas.
Para las elecciones de 16 de febrero de 1936, las fuerzas políticas de derechas se agruparon en el Frente Nacional propuesto por Gil-Robles, miembro de la CEDA, en cuya organización no se quiso integrar Falange. Las elecciones fueron ganadas por el Frente Popular, y Falange, que se presentaba en solitario en un número limitado de circunscripciones, no consiguió ninguna acta de diputado. A partir del triunfo electoral del Frente Popular, Falange, que hasta entonces era una formación muy minoritaria, recibe un gran número de militantes de la juventud de la CEDA, descontenta con la que consideraban posición moderada de su partido. La situación de agitación en las principales ciudades aumentó y los enfrentamientos armados entre militantes de los partidos de la izquierda y los falangistas alcanzaron extrema gravedad.
A partir de mayo de 1936, José Antonio Primo de Rivera, desde la cárcel de Alicante donde se encontraba preso, mantiene contactos con Mola, organizador del pronunciamiento, adhiriendo finalmente a la Falange a la conspiración que se estaba organizando.
Tras el levantamiento, en la zona controlada por los sublevados la Falange se beneficia de una avalancha de nuevos militantes, procedentes de los partidos de derechas.
Al iniciarse la guerra se calcula que los voluntarios iniciales de Falange, que se sumaron al alzamiento, serían entre 8.000 y 10.000 y la poco de iniciarse la guerra la cifra subiría en otros 26.000 hombres. En aquel momento, en casi todas las zonas en las que triunfó el alzamiento, los voluntarios de milicias supusieron un tercio de la fuerza lo que supuso una aportación fundamental.
En octubre de 1936 uno de cada cuatro hombres del Ejército nacional procedía de las milicias políticas. Según un estadillo interno del Cuartel General del 12 de octubre, los efectivos totales son 188.581 hombres, de los que 46.794 eran voluntarios. De estos, 25.307 eran falangistas, 12.213 requetés y 9.274 de otra procedencia, sin incluir personal de segunda línea ni en período de instrucción. (Archivo de la Guerra de Liberación del Archivo Histórico Militar, legajo 91, carpeta 3).
En el bando nacional las operaciones militares son llevadas a cabo desde el inicio por formaciones militares perfectamente encuadradas, en la mayoría de los casos con sus mandos naturales, que estaban reforzadas por voluntarios. Las milicias se organizaron en unidades integradas desde un principio en las columnas militares, mientras que en la zona republicana las milicias fueron organizadas por los partidos políticos o sindicatos y actuaron de manera independiente siguiendo las consignas de estos.
En un primer momento las unidades de falangistas actuaron como apoyo y refuerzo a las operaciones, cumpliendo fundamentalmente labores defensivas. Aunque en determinadas zonas, como en la sierra de Guadarrama, principalmente en el Alto del León y puerto de Somosierra, fueron parte importante de las unidades combatientes. A partir de agosto y octubre de 1936 se encuadran e instruyen y empiezan a actuar como unidades tipo compañía. Finalmente se formarán unidades tipo batallón o bandera, la primera de las cuales fue la 1ª Bandera de Castilla creada 4 de noviembre.
Por decreto 112, del BOE nº64 de 22 de diciembre de 1936, las milicias son integradas en el Ejército Nacional, regulando que estarán mandadas y encuadradas por jefes y Oficiales del Ejército, y oficialidad de complemento, o formada en las escuelas militares de él dependientes.
En la zona nacional se mantiene la identidad de las unidades tanto de falangistas, como de requetés, incluyendo prendas distintivas de su propia uniformidad, lo cual constituyó un gran reclamo para el alistamiento de jóvenes.
Aquellos primeros voluntarios combatieron en todos los frentes y portaban la camisa azul, que era el distintivo de los falangistas, además de ropa civil y correaje militar, hasta que poco a poco fueron uniformados. La camisa azul se mantuvo hasta el año 1937 en que fue cambiada, porque resultaba muy visible, por una caqui con las solapas azules y en ocasiones también las tapas de los bolsillos. Lo que si se mantuvo fue el gorrillo isabelino azul y las insignias falangistas, que compartían uniforme con las divisas militares.
Figura:
Corresponde a la referencia TGC-09 del Viejo Dragón. Muestra el aspecto inicial de los primeros voluntarios con camisa azul, pantalón civil, gorrillo isabelino azul o negro y correaje militar.
Las ruinas son de la marca Alambra Models.